lunes, 6 de febrero de 2017

Ciegos, sordos y mudos

En ocasiones pienso en que, de lo que Dios me manda, algo siempre me falta. Obviamente no soy el mejor de los cristianos, no es que acostumbro a cumplir (a la perfección) el propósito del Señor para mi vida, mucho menos quiero decir que cuando Dios me marca un camino no se expresa con claridad. Lo que digo es que suelo o solemos ser un poco ciegos, sordos y hasta mudos en las cosas del Señor.

¿Cuanto has escuchado su voz últimamente?; ¿Cuanto le has visto?; ¿Cuanto has hablado de Él al mundo?

Puede que tengamos respuestas positivas a estas preguntas, pero al considerar nuestra condición no dije "del todo" si no "un poco" ciegos, sordos y mudos.
Salomón escribió que los proverbios eran, entre otras cosas, "para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura" y nos dice:

Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;  Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán.  Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón;  Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres.
Proverbios 3:1‭-‬4

El Señor quiere que vos y yo escuchemos esto y escuchemos con claridad.
¿cuantas veces hemos oímos "no olvides mi ley", "guarda mis mandamientos"?
Aquí no nos dice solo eso, dice: y tu corazón los guarde. Mucho escuchamos pero poco lo hacemos con profundidad, ese escuchar que llega a lo más profundo, el que deja al sonido perforar nuestro interior, eso debe causar la voz de Dios en nosotros. Ser poco sordos es no dedicar al Creador la atención que se merece. No escuchar bien produce que, al comenzar a hacer, hagamos la mitad o peor aun no sepamos como hacer lo que nos ha mandado nuestro Padre.
También acostumbramos ser un poco ciegos; ¿que vemos en estos versículos?; ¿donde vemos a Dios?. Seguro podemos verlo en su promesa de larga vida y paz, siempre vemos lo que Dios nos da y nos privamos de ver lo que Dios es y quiere que seamos. Él es misericordia y verdad y quiere que seamos como Él es. Si no somos como Cristo fue en la tierra entonces estamos siendo cegados por nuestro egoísmo y vivimos un Dios a medias, uno que nos da y nada nos pide y así no es realmente nuestro Dios.
Pero como dije, también somos un poco mudos y esto no lo he juzgar, siempre digo que no todos tenemos el don de predicar. Hay quienes con facilidad hablan de la cruz y a muchos llevan a los pies del Salvador. Si ese fuese el único camino muchos moriríamos con voces inútiles. Pero Dios nos ha dado una voz que habla mas que las palabras, esta es la de nuestro caminar. Si la verdad y la misericordia estuviesen escritas en nuestro corazón, si anduviésemos como Dios nos pide no habría necesidad de hablar de Él, pues Él se reflejaría a través de nuestro andar.

Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres.
Verso 4.
Los hombres verán a Dios a través nuestro, no hará falta decir mas.

Podemos ser "simples" cristianos, pero ser sagaces es saber como actuar en toda ocasión. Saber escuchar, ver y hablar es por donde debemos comenzar.

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