A los argentinos los caracteriza su pasión por el fútbol. El ritual o folclore previo a cada encuentro que tiene su equipo preferido. No importa la hora, el clima, si es un día especial, ni mucho menos el precio.
Lo dan todo sin esperar nada (es lo que cantan y VIVEN), aunque tengan más tristezas que alegrias.
No quiero generalizar ni meter en la misma bolsa a todos. Pero dejando de lado las tragedias, los insultos y el salvajismo que se observa en el cien por ciento de los casos, los Cristianos deberiamos de imitar este estilo de vida. Nos falta un poco más de esa "locura" por encontrarnos con Dios, que no haya hora, distancia, clima ni precio que nos detenga al momento de hacer algo para nuestro Señor.
No me pongo encontra de los que van a un estadio de fútbol, al cine o teatro, pero si somos capaces de dedicarle tiempo a estas cosas ¿cuánto más darle de nuestro tiempo a Dios?
No dejen que ninguna parte de su cuerpo se convierta en un instrumento del mal para servir al pecado. En cambio, entréguense completamente a Dios, porque antes estaban muertos pero ahora tienen una vida nueva. Así que usen todo su cuerpo como un instrumento para hacer lo que es correcto para la gloria de Dios. Romanos 6:13 (NTV)
Pablo es muy claro, entregemosno a Dios para hacer lo correcto, para darle gloria a Él.
Mi equipo favorito es el mejor del universo y tiene como DT al Dios Todopodero, yo quiero alentarlo, verlo triunfar una y otra vez, ver esos colores de la esperanza y emocionarme, incentivar a otros a formar parte de esto.
Si el creador lo dió todo sin esperar nada, si su gracia nos alcanzo, si solo ha traído bendiciones a nuestra vida y paz a nuestra alma. ¿No es momento de seguirlo y darlo todo?
Darlo todo con acciones concretas. No basta solamente decir que le entregamos nuestra vida, nuestro corazón, nuestros estudios. Hay que salir y darse cuenta que Dios nos encomendo que seamos Luz y Sal, que mostremos lo que Él es, en acciones, en darle tu abrigo al que no tiene, ayudar al que necesita fuerzas, consolar al herido, orar por nuestras autoridades.
Imitemos a Dios dandolo Todo sin esperar nada.
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