lunes, 7 de abril de 2014

¿Tiempo de Remar?


Seguramente muchas veces hemos leído en Eclesiastés que hay un tiempo para cada cosa.
Hoy en día es muy común escuchar: "la estoy remando" (en otras palabras: "hago lo que puedo", "estoy haciendo un gran esfuerzo".) ; sí le preguntas a alguien cómo le va en su trabajo seguramente te puede responder esto o sí le preguntas como le esta yendo en la facultad también respondería: "la estoy remando". Lo cierto es que podemos "remarla" en muchas situaciones, pero cuando estamos pasando situaciones dificiles no creo que remarla alcance. Eso sí, si nos preguntan podemos seguir contestando: la estoy remando; pero no es la realidad.

Entonces: ¿QUÉ HACEMOS SI NO LA PODEMOS REMAR?

(Jesús) Después de despedir a la gente, subió a las colinas para orar a solas. Mientras estaba allí solo, cayó la noche. Mientras tanto, los discípulos se encontraban en problemas lejos de tierra firme, ya que se había levantado un fuerte viento y luchaban contra grandes olas. A eso de las tres de la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el agua. 
Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre el agua, quedaron aterrados. Llenos de miedo, clamaron: «¡Es un fantasma!».  Pero Jesús les habló de inmediato: «No tengan miedo —dijo —. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!». Mt. 14:23-27 (énfasis añadido)

Por lo general cuando hablamos sobre este hecho pasamos de alto algunos detalles claros que nos da el apóstol. Considero como más importante, que Jesús camino sobre el agua, pero no un agua tranquila sino ¡Grandes Olas!.
Es increíble y único este asombroso milagro, y que nos deja en claro que Dios tiene todo el control, tiene literalmente todo bajo sus pies.

Los discípulos estaban atemorizados, sin fe, con mucho miedo, sin mucho que hacer por lo visto, porque "remar ya no era suficiente" todo esfuerzo humano que intenten llevar adelante no combaría la situación.
Sin esperarlo ellos aparece Cristo, estaban tan enfocados en su problema que confundieron a su maestro con un fantasma, ¡cosa de no creer!. Pero sin perder el tiempo Jesús les dijo: "No tengan miedo. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!"

Que palabras justas, alentadoras, cuando remarla ya no servía, como solución vino Jesús . Apareció para traer paz, calma, para mostrar que todo estaba bajo control y que nada se le escapa, que más allá del tamaño de las olas y la fuerza del viento Él podía estar ahí para socorrerlos.

Tal vez has pasado por situaciones dificiles, te ha tocado atravesar grandes olas en la vida, o en este momento estas en medio del fuerte viento y las grandes olas, pero una cosa es segura: Jesús esta con vos en medio de ellas, controlando todo, caminando sobre las olas y quiere decirte: ¡NO TENGAS MIEDO!. ¡TENÉ ÁNIMO!. ¡YO ESTOY AQUÍ!

La segunda parte del relato es el gran desafío. Mt. 14:28-33
Pedro escucho aquellas palabras, las hizo suyas y se atrevió a más: él quiso caminar con su maestro sobre las agua, entendió que remarla no era la solución, había que confiar y caminar por encima de las olas.

Hace tuyas las palabras de Jesús, creelas y guardalas en tu corazón, pero también animate a caminar por encima de los fuertes vientos y las grandes olas; solamente hace falta FE en nuestro Dios.

"Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios." Mt. 14:33  ADORA A JESÚS POR LO QUE ÉL ES.

No hay comentarios:

Publicar un comentario