lunes, 14 de abril de 2014

Agentes de bendición

   
   Vemos en la Palabra de Dios la historia de Moisés; a él, con sus virtudes y sus desaciertos, y a Dios, usando todo eso para gloria Suya. En esta pequeña parte de la historia de Moisés vemos en él una actitud digna de imitar:
Moisés invita a Hobab
"Entonces dijo Moisés a Hobab, hijo de Ragüel madianita, su suegro: “Nosotros partimos para el lugar del cual Jehová ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros, y te haremos bien; porque Jehová ha prometido el bien a Israel.
Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé a mi tierra y a mi parentela.
Y él le dijo: Te ruego que no nos dejes; porque tú conoces los lugares donde hemos de acampar en el desierto, y nos serás en lugar de ojos. Y si vienes con nosotros, cuando tengamos el bien que Jehová nos ha de hacer, nosotros te haremos bien." (Números 10:29-31)

    Durante el largo camino que estaba recorriendo Moisés con el pueblo de Israel, que anteriormente había sido liberado de Egipto con su ayuda, ellos debían acampar y volver a ponerse en marcha, según Dios se lo indicaba. En una de esas ocasiones, antes de salir de donde estaban (el monte Sinaí), Moisés invita a su suegro a ir con ellos, y al hacerlo termina diciéndole: “Y si vienes con nosotros, cuando tengamos el bien que Jehová nos ha de hacer, nosotros te haremos bien”.
    Qué gran actitud la de Moisés! Al recibir el bien de parte de Dios, querer hacer bien a los demás. ¿No es esto lo que tenemos que hacer nosotros también? Al recibir la bendición de Dios, ¡ser agentes de bendición a los demás! Teniendo como principal propósito lo que Jesús dijo: que los demás glorifiquen a Dios. “…Para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:16) Para que puedan experimentar un toque de Su amor…
    ¿Y cómo? Sólo nos hace falta pensar cómo nos bendice Dios, y vamos a entender cómo bendecir a los demás también.
    Primero, Dios nos bendijo al habernos permitido escuchar el evangelio. ¿Cómo no bendecir a los demás compartiéndoselo?
    Dios nos bendice con su gran amor… ¡debemos amar a los demás! Porque Jesús dijo: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” (Juan 13:34). Bendecir a los demás se trata también de obedecerle a Él.
    Dios nos bendice con su perdón… sepamos perdonarnos unos a otros. (“…perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” Efesios 4:32)
    Dios nos bendice con su consuelo… podemos ser personas que brinden consuelo a los demás. (“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.” 2 Corintios 1:3-4, NVI)
    Dios nos bendice aceptándonos... ¿Y si aceptamos y amamos a los demás en lugar de juzgarlos? (“Por eso, es necesario que se acepten unos a otros tal y como son, así como Cristo los aceptó a ustedes. Así, todos alabarán a Dios.” Romanos 15:7, TLA)
    Dios nos bendice con bienes inmateriales y materiales… compartámoslos con los demás; demos desinteresadamente e incluso inmerecidamente, así como lo hace Dios con nosotros. (“…que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos. Mándales que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, y generosos, dispuestos a compartir lo que tienen.” 1 Timoteo 6:17-18, NVI)
    Dios nos bendice dándonos esperanza (Romanos 15:13)… ¿qué tal si nos dedicamos a brindar palabras de esperanza y de aliento a los demás?
    Dios nos bendice con los consejos e instrucciones que encontramos en Su palabra , y Sus advertencias… que podamos ser de bendición al aconsejar a los demás con Su palabra y animarlos a obedecer a Dios y confiar en Él.
    Dios nos bendice con Su presencia aún en los momentos más difíciles… podemos ser de bendición acompañando con nuestra presencia a aquellos que están pasando por esos momentos.
    Es una bendición que Dios escuche y atienda a nuestras oraciones… ¡podemos bendecir a los demás orando por ellos!
    Podría seguir escribiendo muchísimas cosas más… ¡Dios nos bendice taaanto! Tomemos hoy para nosotros las palabras que Dios le dijo a Abram: “y te bendeciré … y serás bendición.” (Génesis 12:2)
    Que Él nos ayude a darnos cuenta de cuán bendecidos somos, y que podamos ser de bendición para los demás, para mostrarles un poco de todo ese amor que Dios nos da, y así puedan conocerlo más y glorificarlo.

 “En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición.” 1 Pedro 3:8-9

    Si pensaste en otra manera en la que Dios nos bendice y podemos ser de bendición, no dudes en compartirla en un comentario!

    ¡Dios te bendiga, y seas de bendición hoy y siempre! :)

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