viernes, 25 de abril de 2014

Jóvenes ¿Para qué?

"Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza." 1 Timoteo 4:12

Grandes palabras nos dice Pablo en este versículo. Muchas veces, las personas toman nuestra juventud por poca cosa, o por nada. Creen que nuestro tiempo o nuestro servicio no tiene valor alguno. Que todo lo que hacemos para Dios, no tiene ningún sentido más que el mostrarnos en la iglesia.

Varias veces me enfrente a situaciones en las cuales, algunos líderes o personas mayores que hace mucho asisten a la iglesia se oponen a que un adolescente o joven sirva en las reuniones o en los grupos de preadolescentes o de adolescentes. La razón es porque “los adolescentes o jóvenes no están en condiciones de servir al Señor”. Que gran mentira lo que estas personas creían y estaban firmes. En la Biblia como acabamos de leer, el compañero fiel de Pablo, Timoteo, apenas estaba en la juventud, cuando empezó a servirle a Dios. Y Dios hizo grandes cosas con su vida y por su intermedio. Qué bueno y que distinto es todo si empezamos con creerle a Dios y seguir su llamado. ¿Quién más que Él para capacitarnos de corazón y dejarnos en excelentes condiciones para ayudar a expandir la obra de Dios?

Muchas de estas situaciones son lo que nos hacen decaer y empezar a creer en otras mentiras, las cuales nos alejan cada día un poquito más de Dios. Y estas son las que se aferran a nuestra vida y comienzan a arraigarse en nuestro corazón.

Pero no te preocupes como dicen en este versículo "Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios." Eclesiastés 11:9

Sólo Dios puede juzgarnos y además sólo Él conoce las intenciones en nuestro corazón. Sólo Él te llama a servir y sólo para Él es la gloria, la honra y la alabanza que le damos por medio de nuestro servicio. Si estás en algún ministerio, no estás por casualidad y no importa que tan joven seas, si Dios te puso ahí no dudes que por algo es, y no te olvides de como dice Pablo, de demostrarle a otros creyentes que tu fe, tu palabra, tu testimonio, tu amor y tu pureza siguen intactos.

Dios te bendice



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