Imagináte. Entrando
Jesús a la ciudad de Jericó, una multitud clamaba por él y todos querían ser
atendidos. Pero viene el enano atorrante
de Zaqueo, se sube a un árbol y ¡justo a
él lo ve!, para colmo, ¡también le dice
que se va a quedar en su casa! (Lucas 19:1-10)
No entiendo, por qué
habiendo tanta gente apta, Jesús elije pasar un tiempo con el estafador ése.
¿Cuántas veces nos
hacemos esta pregunta? No logramos entender cómo es que Dios, puede usar a
personas, que a nuestro parecer, no tienen la preparación, condiciones,
capacidad y demás aspectos.
Pero el que nosotros
dudemos, es la certeza de lo correcto, y es que los pensamientos de nuestro
Señor, van más allá de lo que nosotros podemos comprender.
Mirá lo que dice
Zaque después de tener su encuentro con Jesús:
"- Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que
tengo. Y si he robado algo, devolveré cuatro veces esa cantidad." (vers.8
TLA)
¿Quién se hubiera
imaginado que el enano iba a hacer tal cambio? ¡Sólo Jesús y nadie más que él!
Pero eso no es todo,
¿Sabés qué le respondió?
"Porque Hijo del Hombre vino
a buscar y a salvar lo que se había perdido." (vers. 10 RVR 1960)
¡Y esta respuesta
también va para nosotros! Dios no quiere
que nos quedemos encerrados en las iglesias para que seamos llenos de
bendiciones ahí dentro.
Él quiere que
salgamos, que llevemos las nuevas de su Hijo a las personas perdidas, para
después sean ellos quienes continúen con la tarea.
Te aliento a que
salgamos a rescatar a los perdidos, pero no solos, de la mano de todos los
hijos de Dios que él quiere utilizar.
Escrito por: Yazmín Florit
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