Mateo 13:3
“Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió
a sembrar.4 Y mientras sembraba,
parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.5 Parte cayó en pedregales, donde no
había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;6 pero salido el sol, se quemó; y
porque no tenía raíz, se secó.7 Y
parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.8 Pero parte cayó en buena tierra, y
dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 9 El
que tiene oídos para oír, oiga.”
El Señor Jesús utilizaba frecuentemente las parábolas para ilustrar la Palabra de Dios de una
forma más sencilla y fácil de recordar, pero
que a su vez tenía un gran significado espiritual. Una de las parábolas más
conocidas es la del sembrador.
Como podemos notar a lo largo del pasaje, se plantean cuatro tipos
de tierra, en los que el sembrador arroja sus semillas, la Palabra, refiriéndose a cuatro
tipos de personas que la oyen .
En el camino, las semillas que cayeron son aquellos que, en cuanto la oyen, Satanás se las arrebata, porque no la entienden. Cuando nos referimos
a entender, no significa entender con la mente o el intelecto, sino con el
corazón. Esto representa a aquellas personas que no dejaron que el Evangelio
sea plantado en su vida, porque la tierra de su corazón es tan dura que la
semilla no penetra, y a la primera oportunidad, los pájaros se la comen.
Muchas personas escuchan la Palabra de Dios pero la duda, el miedo
o cicatrices profundas afectan su forma de pensar y sentir. Como dice en
Efesios 4: “17 Lo que les voy a decir es una advertencia del Señor: dejen ya de vivir como los que no son creyentes, porque ellos se guían por pensamientos inútiles. 18 Su entendimiento está oscurecido porque están separados de la vida que viene de Dios y porque son ignorantes debido a lo terco que es su corazón. 19 Han perdido la vergüenza, se han dedicado a la inmoralidad y se entregan cada vez más a cometer toda clase de perversiones.”
Otras semillas cayeron en pedregales, y a lo que se refiere es a
quienes reciben la Palabra con gran gozo pero no están bien firmes y cuando
vienen las dificultades caen con facilidad.
La tierra no es profunda y les falta agua, por lo tanto se seca
fácil cuando sale el sol, porque no tienen una raíz, una base fuerte en la Palabra de Dios para poder hacer frente las aflicciones. Hay personas que con
mucha alegría reciben el mensaje, pero su fe depende del ánimo. No dedican el
tiempo para establecerse en la Palabra y no se esfuerzan en crecer
espiritualmente. Como expresa Marcos 4:16-17: “Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que
cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz
en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la
persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.” Y no tropiezan
porque la aflicción es muy dura de soportar, sino que es causada porque no
están dispuestos a resistir las tentaciones:
“Sed sobrios, y velad;
porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los
mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.” 1 Pedro 5:8
Por otro lado, están aquellas personas que escuchan el mensaje de
Dios pero las cosas atractivas del mundo les son más importantes, y por ello no
dan frutos. Los objetos materiales y los placeres son espinas, que de a poco
van ahogando su vida.
“Estos son los que fueron sembrados entre
espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de
las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se
hace infructuosa” Marcos 4:18-19
Si en vez de poner en primer lugar las cosas del Reino de Dios,
sus prioridades son otras, entonces esas cosas ahogarán la Palabra. Por lo
tanto: “Mas buscad primeramente el reino
de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33
Pero aquella semilla que cayó en buena tierra, que creció y dio
frutos, son aquellas personas que escuchan la Palabra, la entienden, la
practican y la guardan en su corazón.
“Mas la que
cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la
palabra oída, y dan fruto con perseverancia.” Lucas 8:15
¿Qué tipo de terreno hay en tu corazón?
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