viernes, 19 de diciembre de 2014

ENOJO



Días atrás Emi nos hablaba de los ataques que recibimos en relación a nuestra SANTIDAD, y nos dejaba en claro que, aunque nosotros estamos acostumbrados a relacionar esta palabra con el área sexual, la santidad va mucho más allá de eso extendiéndose a aspectos tales como los insultos, la codicia, el robo y nuestro carácter, que es lo que vamos a ver a continuación.

“Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere.”
Santiago 1:19-20

Perdemos algo, da para enojarse… se rompe algo, da para enojarse… nos fallan, da para enojarse… nos insisten, da para enojarse… nos mienten, da para enojarse… no podemos alcanzar un objetivo, da para enojarse… nos cerró un negocio, da para enojarse…

Las situaciones más cotidianas y de todos los días normalmente tienen algún aspecto en el que da para que explotemos de calentura o por lo menos nos molestemos y estemos fastidiosos por un rato, y cuando esa situación se repite con el pasar de los días parece que más nos adentramos en ese enojo.

Cabe aclarar que enojarse es algo natural y que muchas veces tiene justificativos más que válidos. La Biblia lo muestra de esta forma al advertirnos: «Si se enojan, no pequen.»
En Marcos 11 se nos muestra a Jesús enojado en el templo, sin embargo no pecó. Por lo tanto, el enojo no justamente nos lleva a pecar, pero la Biblia nos llama a ser LENTOS para enojarnos, osea no enojarnos por cualquier cosa, no usar el enojo como primer salida a nuestros problemas.

Hay varios proverbios que nos muestran en qué posición nos pone el enojo:
14:29 - El que es paciente muestra gran discernimiento;  el que es agresivo muestra mucha insensatez.
16:32 - Más vale ser paciente que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades.
29:22 - El hombre iracundo provoca peleas; el hombre violento multiplica sus crímenes.

El enojo no tiene buenos resultados ni en nosotros, ni en las personas que nos rodean. Muchos de nosotros somos de carácter fuerte y suele aflorarnos este sentimiento de molestia con facilidad, pero la Escritura nos llama a llevar ese sentimiento, ese pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo. A ser santos también en eso, como nuestro Padre lo es (Lev 19:2) y a aprender de Jesús y de su mansedumbre (Mat 11:29)

Seguramente hoy o en estos días estás teniendo situaciones dolorosas en las que vas a querer explotar, pero en vez de Contar hasta 1.000 como recomiendan, Contale tu problema a Dios y Contá con el apoyo del que es experimentado en quebrantos.

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