miércoles, 27 de agosto de 2014

Actitud de humildad


Salmo 131
1 Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron;
   Ni anduve en grandezas,
   Ni en cosas demasiado sublimes para mí.
2 En verdad que me he comportado y he acallado mi alma
Como un niño destetado de su madre;
Como un niño destetado está mi alma.
3 Espera, oh Israel, en Jehová,
Desde ahora y para siempre.

(v1) su corazón no se puso soberbio, ni sus ojos se llenaron de orgullo
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Jeremías 17:9
Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Proverbios 6:17 

David fue el Rey del pueblo de Israel, y que de su boca estén saliendo estas palabras de humildad es muy importante ya que nos enseña a no jactarnos en nuestra la posición en la que nos encontramos.
Él tenía el puesto más importante, no sólo en Cristo, sino también como gobernador de Israel, nosotros hoy también gozamos una posición ya sea profesión o estudio y tenemos una posición celestial, por su gracia. (Efesios 2:6)
David lo tenía todo pero el dijo, "ni anduve en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes", no le importaban no era su centro, que gran ejemplo, dejarlo todo.  Proverbios 25:6-7

(V2) En la versión de Las Américas, dice que se ha calmado.
Salmo 22:9 “Pero tú eres el que me sacó del vientre;
El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.”


Cuando una madre amamanta a su niño, luego de estar llenó el bebé se queda en su regazo, tranquilo, este ejemplo que da el salmista nos hace ver que se quedo calmo, satisfecho en el Señor deseando leche para su crecimiento.

“Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”1 Pedro 2:2

1 Juan 2:15-17 dice que no debemos amar al mundo, ni las cosas que están, dice que esas cosas pasan.


Terminando dice que espero a Jehová. Reemplacemos el nombre Israel, por nuestro nombre deberíamos tener una actitud de entrega al terminar el salmo dice "desde ahora, y para siempre" que cada uno de nosotros sepamos esperar con una actitud de reverencia como la tuvo el salmista dejando los placeres de este mundo y aprender a entregarnos más a Cristo como un niño lo hace con su madre descansando en sus brazos.

Integridad y rectitud me guarden,
Porque en ti he esperado.

Salmo 25:21


Escrito por: Brenda Rojas

No hay comentarios:

Publicar un comentario