martes, 12 de agosto de 2014

VIVIR COMO ÉL VIVIÓ



"Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos. El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no tiene la verdad. En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió". 1 Juan 2:3-6

En este pasaje, Juan habla de uno de sus temas favoritos. El quiere que sigamos al Verbo y que nos convirtamos en discípulos de Jesús; un discípulo puede definirse como una persona que se dedica a seguir a un maestro y aprender de él continuamente.
Juan explica que aquél que afirme tener una relación con Dios a través de Jesús pero que con su vida muestre lo contrario, es un mentiroso (versículo 4). Hubo, hace un tiempo, el caso de un hombre que se contactó con los familiares de dos personas desaparecidas, diciendo que tenia secuestrado a sus familiares. Desesperados por recibir noticias de sus seres queridos, las familias pagaron muchísimo dinero a aquel hombre, pero poco después descubrieron que todo había sido un engaño. El hombre fue arrestado. Había dicho ser algo que no era y había causado mucha confusión y dolor.
La vida de los cristianos es como un anuncio que habla del mensaje del perdón y de la vida nueva en Cristo. Queremos ayudar a otros a que descubran esta maravillosa vida eterna. Como dijo Jesús, “la sabiduría de Dios se prueba por sus resultados”; los cambios que implementa en nuestra vida, en la de aquellos que le seguimos (Lucas 7:35).
Esto nos puede parecer un desafío un tanto difícil, ¿no es cierto? Posiblemente porque somos muy conscientes de nuestra tendencia a vivir para nosotros mismos y sabemos que no es fácil hacer lo correcto – pero ahora Jesús está de nuestra parte. Él nos defiende (1Jn 2:1) cuando fallamos y decepcionamos a Dios.

Recuerdo haber asistido a un campamento cristiano en donde  por primera vez puse mi confianza en Cristo. Me dije a mi mismo que siempre le sería fiel a Dios… y luego, al volver a casa me encontré con un amigo, quien me preguntó dónde había estado esa semana. Murmuré algo acerca de unas vacaciones con amigo, en vez de decirle la verdad, porque tenía miedo y en ese momento, me importaba más su reacción que decir la verdad. Todos los cristianos luchamos con este tipo de experiencias de vez en cuando, pero ahora sabemos que no estamos solos en la lucha y es posible vivir de una manera que refleja a Jesús; es posible “andar” como él “anduvo”.

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