lunes, 13 de enero de 2014

–No entiendo



            En el pasaje de Juan 13:1-8,  vemos que estaban los discípulos de Jesús reunidos con Él, cenando, cuando de un momento a otro Jesús decide romper el esquema. Se levantó de la mesa, se quitó el manto, se ató una toalla a la cintura y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura (v. 4-5). Decidió comenzar por lavarle los pies a Pedro. A él le pareció extraño que Jesús hiciera eso, y sorprendido le preguntó: “Señor, ¿ me vas a lavar los pies a mí?”. Claramente no entendía aquello que Jesús sí entendía y estaba haciendo por una razón. Jesús respondió: “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.
            Pedro tenía ya en su mente una idea de cómo tenían que ser las cosas (pensaba que él debía lavarle los pies a Jesús), pero Jesús tenía otra idea, y un propósito para hacer lo que hizo.
            Muchas veces como seguidores de Jesús tenemos en mente ideas de cómo tienen que ser las cosas. Ideas como: “Si yo vivo como Dios manda, todo me va a salir bien”, o “Si yo obedezco a Dios, nunca voy a tener problemas”. PERO muchas veces no sucede así. Su manera de pensar y obrar es muy distinta a la nuestra, y no la alcanzamos a comprender. “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55:8-9)
            Muchas veces Dios permite cosas en nuestra vida que no entendemos por qué pasan.  ¿Nunca te preguntaste: “¿Por qué me pasa esto, si estoy haciendo todo bien?!”, “¿Por qué a mí?!”? La verdad es que si se lo preguntáramos directamente a Jesús, en la mayoría de los casos Jesús nos respondería lo mismo que le respondió a Pedro: “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.”
            Como vemos en el pasaje, Pedro en esa escena se rehúsa que Jesús le lave los pies, y Él le responde diciendo: “Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.” (v.8) Era necesario que Jesús haga eso, y que Pedro lo experimente, aunque sin entender aún, por su bien.
            Fue una ocasión y una oportunidad para que Pedro deje a un lado sus conceptos y los cambie por confianza en su Maestro.
            Nuestro Maestro muchas veces permite que experimentemos diversas situaciones y hace cosas que no entendemos. Por ejemplo, momentos difíciles, momentos tristes, de lucha, de silencio, de confusión; aún cuando estamos haciendo todo como Dios manda que debemos hacer. No entendemos.

Pero lo mejor que podemos hacer es dejar nuestras dudas, cargas y quejas; cambiarlas por una confianza completa en nuestro Señor Jesús, y rendirnos a Su voluntad buena, agradable y perfecta. Sabemos que Sus planes y todas las cosas que Él permite, son para nuestro bien; y tienen un propósito (Jeremías 29:11, Romanos 8:28). Y después, más tarde (citando a Matthew Henry), “el estudio de la Palabra, la iluminación del Espíritu y posteriores experiencias provistas por la divina providencia les enseñarán a los creyentes a comprender lo que antes no entendieron”.
            Quizás pasaste, estás pasando o algún día vas a pasar por una situación así. No te des por vencido, seguí confiando, seguí orando, seguí luchando, seguí agradándole en todo, seguí teniendo fe.

Proverbios 20:24 (NTV) “El Señor dirige nuestros pasos, entonces, ¿por qué tratar de entender todo lo que pasa?” –Confiá. :)

¡Dios te bendiga!

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