lunes, 11 de junio de 2012

No importa cuanto !

Que creen que vale más para DIOS, ¿una ofrenda que damos por costumbre?, quejándonos, sin ningún esfuerzo… o ¿una que sea con el sudor de la frente?, con esfuerzo, trabajo, sufrimiento, que sea todo un sacrificio (así como el también hizo con nosotros) Para explicar esto voy a citar dos ejemplos: Uno es el de Ana, que le dio su hijo a Dios ,para cumplir con su voto, y el otro ejemplo, en el que voy a entrar mas en detalle, es el de David, cuando peco, y Dios desato gran peste sobre el pueblo de Israel, tal fue la peste que se contaron 60000 muertos. Este mismo fue mandado por Gad a levantar un altar para Jehová, pero para ello debía subir a la era de Arauna Jebuseo, para poder redimirse y quitar la peste del pueblo. Subió, el con sus hombres, y cuando los vio Arauna se inclino ante ellos , y pregunto el motivo de su venida. David le dijo que venia a comprar su era, para levantar un altar para ofrecer holocaustos a Jehová, para que pasen las pestes, y la mortandad en el pueblo, de las cuales el era responsable… Ahora, imaginémonos por un momento la situación de Arauna, el rey, SU REY, le vino a comprar su era, para elevar un altar a Dios, yo sin pensarlo, hubiese hecho EXACTAMENTE lo mismo que el hizo: “Arauna dijo a David: tome y ofrezca mi señor rey lo que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos de los bueyes para la leña”(1samuel 24:22);ahora pongámonos en el lugar de David : era la posibilidad perfecta para poder redimirse con el Señor sin que le costara NADA, Arauna le daba gratis todo lo que necesitaba, era la salida mas fácil a su problema… Ahora les pregunto… ¿Qué hubiesen hecho? Seguramente, yo también habría aceptado, pero David dijo:..”no sino por precio te la comprare; porque no ofreceré a Jehová mi Dios, holocaustos que no cuesten nada”.. (1samuel 24:24) AMEN…, ASI seria bueno poder reaccionar, en momentos de desesperación, de estar en pecado, querer redimirte, que Dios te mande una difícil tarea, poder tener la cabeza fría, y apartada de las dificultades, con los ojos puestos en la santa voluntad del Señor, para poder darnos cuenta de que a Dios no le podemos llevar cualquier ofrenda, sino la que MÁS duela, porque el padeció por nosotros, no le podemos ofrendar lo que nos encontramos en la calle o nos ganamos en un sorteo, sino de lo que ganamos trabajando con ESFUERZO, SUDOR, e incluso SANGRE, siempre teniendo en cuenta que Él la derramo primero por nosotros… que el Señor los bendiga y guarde. Escrito por: Agustin Cazzulini

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