martes, 28 de febrero de 2017

Servir bien, servir con alegria.

Quería compartir este devocional que mucho me hace pensar, hoy, acerca de como estoy trabajando para el Señor.

Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo.
Salmo 100:2.

Hoy, hace once años, un querido amigo salió a correr durante la hora del almuerzo, y nunca volvió. Kurt De Haan, que era el editor general de Nuestro Pan Diario, murió de un ataque al corazón ese soleado jueves. Algunos de los que trabajábamos con él, conservamos todavía cosas suyas de valor sentimental en nuestras oficinas. Por ejemplo, en una pared de mi cubículo, tengo colgado el último memorándum que recibí de Kurt. Me recuerda su esmero como editor, siempre esforzándose por representar bien y fielmente la Palabra de Dios. Otra colaboradora muestra la última bola de papel que él lanzó en dirección de ella, que le recuerda el entusiasmo que él tenía por disfrutar de la vida. Cada vez que hablamos de Kurt y de cómo lo echamos de menos, comentamos que su vida era la combinación de una búsqueda de la excelencia con una personalidad divertida. Trabajaba duro y le encantaba la vida. Se esforzaba por enseñar la Palabra de Dios con integridad mientras vivía su vida con gozo. Pensar en Kurt y en su ejemplo es estimulante y desafiante. Nos recuerda que otros están observándonos, y que pueden decir si estamos sirviendo «al Señor con alegría» (Salmo 100:2) y si nuestro amor a Él se manifiesta en buenas obras.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Efesios 2:10.

Servir bien. Servir con alegría. ¿Describen estas cualidades nuestro trabajo para el Salvador? Para que el gozo permanezca, coloca siempre primero a Cristo.
                           Dave Branon

lunes, 27 de febrero de 2017

¿Quién es apto?


Finalizado el tiempo de alabanza, se produjo un gran silencio, y caminando por el largo pasillo se acercó un hombre que parecía haber terminado en el templo por equivocación. Era robusto, y su cabellera lacia y larga le llegaba hasta la cintura, su barba se asemejaba mucho a la de Papá Noel pero en color castaño, y en sus orejas se lucían unos grandes aros expansores negros; llevaba puesto unos jeans con fundillo y muy rotos, que hacían juego con una remera que parecía tres veces más grande que su talla, y en sus pies traía unas zapatillas de lona, de esas que suelen usar los adolescentes.
Cuando por fin llegó al final del pasillo, subió al púlpito y dijo: “Buen día hermanos, los invito a abrir sus Biblias en Marcos 9:40”

Sin duda este hombre fuera de lo común nos deja mucho en lo que pensar, y el versículo que citó dice así:

“Quien no está contra nosotros, realmente está a nuestro favor” Marcos 9:40 (TLA)

Aquí Jesús nos está enseñando que los que tienen fe en Él están en condiciones de ser sus seguidores y de edificar Su Reino a pesar de no ser iguales a nosotros. Muy por el contrario, no está diciendo que ser indiferente o neutral respecto a Dios es igual a entregarnos a Cristo. No deberíamos permitir que nuestras diferencias interfieran en esa meta. ¿Qué primera impresión te provocó la presencia del hombre descripto al inicio?

Muchas veces, los que crecimos en un contexto cristiano, creemos estar en un nivel superior de espiritualidad. Que lo que aparentemente procede de una moral religiosa, es fruto de una fe sincera. Sin embargo, en la Biblia encontramos que esto no es ninguna garantía:

“Escuchen esto ustedes, los de la familia de Jacob, descendientes de Judá, que llevan el nombre de Israel; que juran en el nombre del Señor, e invocan al Dios de Israel, pero no con sinceridad ni justicia” Isaías 48:1 (NVI)

El pueblo de Judá se sentía confiado por su herencia, ciudad y templo, pero esta era una seguridad falsa porque no dependían de Dios. Nada de eso podía darles una relación con  Él. ¿En qué estándares está basada nuestra comunión con el Señor y las demás personas? ¿Estamos cayendo en el error de prejuzgar?

Tal vez, indebidamente, creemos ser jueces de la medición de la Santidad Divina, pero a menudo nos equivocamos en nuestras interpretaciones.

“ (…) Lo que los hace impuros son los insultos y malas palabras que salen de su boca”  Marcos 7:15-16 (TLA)


Ojalá podamos ser portadores de la Palabra de Dios, que nos unamos con gozo con todos los que tengan este fin, y no simplemente juzgadores de quienes merecen llevar adelante esta tarea. 

jueves, 23 de febrero de 2017

¿Qué cuesta?

¿Qué cuesta?
Lo que cuesta seguir a Jesús...
Muchos dicen que es fácil ser cristiano (seguir a Cristo), otros que es difícil,
¿Qué pensas? Lo cierto es que tiene un costo, pero, ¿Qué cuesta seguirlo?

Lucas 9:57-62 (NTV)
Mientras caminaban, alguien le dijo a Jesús:
—Te seguiré a cualquier lugar que vayas.
Jesús le respondió:
—Los zorros tienen cuevas donde vivir y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene ni siquiera un lugar donde recostar la cabeza.
Dijo a otro:
—Ven, sígueme.
El hombre aceptó, pero le dijo:
—Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre.
Jesús le dijo:
—¡Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos!Tu deber es ir y predicar acerca del reino de Dios.
Otro dijo:
—Sí, Señor, te seguiré, pero primero deja que me despida de mi familia.
Jesús le dijo:
—El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios.

Encontramos a 3 hombres que se acercaron a Jesús, ansiosos de seguirlo. Sin embargo, Jesús
intenta convencerlos para que cambien su manera de actuar o pensar.

>Al primer hombre le respondió en simples palabras que no esperara tener un hogar en la decisión
de seguirlo. No hay garantía de ningún bien, refugio, etc.
>Al segundo hombre le dijo que deje a los muertos enterrarse a ellos mismos, separando la
situación de que "está vivo" y que tendría que proclamar el Reino y no desperdiciar el tiempo
con los muertos espirituales.
>Al tercer hombre le dijo que, una relación con él, un verdadero seguidor requiere una devoción
total, superior. Recuerda que Dios no te pide mucho, sino Todo.
Entonces, ¿Podemos ante este intento de disuasión por parte de Jesús seguir decidiendo lo mismo?
Y perder:
-Un hogar
-La despedida de la familia
-La despedida de un padre muerto...?

El plan de disuadirlos tuvo éxito ya que tocó en lo profundo de ellos y de nuestra
vida, de lo que deseamos y apreciamos. 
¿Qué implica seguir a Jesús? volviendo a la primer pregunta, ¿Qué cuesta?

Cuesta nuestra vida, la entrega de nuestro corazón y lo que en consecuencia es para nosotros
esta renuncia. Es necesaria para que vaciemos espacio y lo llenemos del Espíritu. 
Más adelante en el relato que aparece en el libro de Lucas, Jesús vuelve a decir lo que leímos más arriba en otras palabras: 
Si quieres ser mi discípulo, debes aborrecer a los demás —a tu padre y madre, esposa e hijos, hermanos y hermanas— sí, hasta tu propia vida. De lo contrario, no puedes ser mi discípulo. 
Lucas 9:24
¿Y vos en qué proceso estás?
¿Qué te parece que tenes que dejar, que perder para llenar ese espacio con el Espíritu Santo?


Jesús te llama a abandonar tu comodidad, todo lo conocido y natural, por algo nuevo que conocer.
Dios, gracias por amarnos
Dios, te necesitamos
Jesús, te entregamos nuestras vidas
Jesús, confiamos en tí...